miércoles, 8 de abril de 2009

Gracias a esa bruja

Ojo! empezaré aclarando que no soy feminista, de hecho ni me gusta el término ni estoy de acuerdo con muchas de las cosas que defienden, pero si hay algo que debemos agradecer a este colectivo es precisamente todo de lo que se queja mi compi en su monólogo de mujer a las 06:00 de la mañana. Y yo sí que no ironizo. Desde luego su abuela ha sido afortunada si en verdad vivía con la única preocupación de bordar, intercambiar recetas, leer libros, recoger legumbres y dirigir a la servidumbre. ¿Cuánta gente puede decir lo mismo? Mi abuela desde luego pasó verdadera hambre, vivió en la calle (sin casa y mucho menos árboles para podar o huertas para sembrar), jamás pudo plantearse ni siquiera la idea de aprender a leer y el hecho de conseguir que sus hijos sobrevivieran era todo un triunfo...

Qué bien, no? que para que una mujer pudiera mover un dedo le tuviera que pedir permiso al marido. Por no mencionar las pobres que tenían que soportar a menudo violencia física porque de vez en cuando un guantazo “bien dado” no venía mal, hasta era bueno para que no se desmadraran...

Arpías, ¿de verdad creéis que para tener marido hay que tener amo?

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